Peliculas más influyentes en la moda masculina

Siempre se ha dicho que la industria cinematográfica es una de las más influyentes a la hora de modificar comportamientos. Así, la popularización de los estilos de vida Americana se debe principalmente al cine. Pero… ¿y la moda?

Este mundo en el que vivimos (el de la moda) no se ha podido escapar a la influencia del séptimo arte y es sobre todo a partir de los años 50, con películas como La ley del silencio (1954) o Rebeldes sin causa (1955), cuando el hombre ha vuelto a prestar interés al vestir.

Humphrey Bogart y su personaje en Casablanca (1942) había sido una referencia pero sin salir del estilo clásico del traje que impera durante esos años (no hay que olvidar que a partir de los 50 es cuando Occidente puede decir que está tranquilo y pacificado, olvidadas en parte las Guerras Mundiales y las tensiones de entreguerras).

Es con Marlon Brando y James Dean con los que la juventud reclama su importancia en el mundo y quiere salir del estereotipo aburguesado contraponiendo la elegancia de Bogart a las camisetas y camisas de cuadros que hacen famosas los actores del momento.

Y a partir de este momento el hombre vuelve a reclamar su espacio. Se sucederán pues distintos momentos en los que la moda masculina se verá claramente influenciada por el cine.
Steve McQueen tomará el relevo en los 60 con la película La gran escapada (1962) que será sustituida en los 70 por “su antagonista”, el Tony Manero de Fiebre del sábado noche (1977) que interpreta John Travolta.


Los ochenta será el momento en el que Giorgio Armani conquiste el cine, Hollywood y la calle. Los estilismos que prepara para Richard Gere en American Gigolo (1980) marcarán la estética yuppie de esa década, apoyado también por otro de los referentes de estilo, Michael Douglas en Wall Street (1987).

Quadrophenia (1979) y Top Gun (1986) son otras películas que también marcan al hombre. Así, la primera sentará las bases de la estética mod y la segunda pondrá de moda el look aviador.


Así se entiende también que a finales de esta década en la que nos encontremos llegue hasta nuestras pantallas A Single Man (2009), una película que marca al nuevo hombre, elegante y muy preocupado con la estética. Un filme que, sin quererlo, recoge el grado de preocupación por la apariencia a la que ha llegado el hombre, algo quizás olvidado desde el siglo XIX.